Ambiguedades

El viejo modelo de identidad genérica del hombre se desvaneció, y la era contemporánea avanza hacia un mundo dentro del cual la diferencia y la diversidad se toleran y se celebran. La multiplicidad de identidades y el rechazo de la feminidad y masculinidad como categorías monolíticas comienza a derrumbarse. La ambigüedad aparece entonces como producto de la indiferencia, la incertidumbre y la competencia entre los sexos. Hay una yuxtaposición de todo los géneros, de todas las disciplinas, que antes tenían una definición, y por ende, una determinación. Tradicionalmente se consideraba que el sexo era el factor determinante de las diferencias observadas entre varones y mujeres y que era el causante de las diferencias sociales existentes entre las personas sexuadas en masculino o femenino. Sin embargo, desde hace unas décadas, se reconoce que en la configuración de la identidad masculina o femenina intervienen no sólo factores genéticos sino estrategias de poder, elementos simbólicos, psicológicos, sociales, culturales etc., elementos que nada tienen que ver con la genética pero que son condicionantes muy importantes a la hora de la configuración de la identidad personal. En consecuencia hoy se afirma que en el sexo radican gran parte de las diferencias anatómicas y fisiológicas entre los hombres y las mujeres, pero que todas las demás pertenecen al dominio de lo simbólico, de lo sociológico, de lo genérico y que, por lo tanto, los individuos no nacen hechos psicológicamente como hombres o mujeres sino que la constitución de la masculinidad o de la feminidad es el resultado de un largo proceso, de una construcción, de una urdimbre que se va tejiendo en interacción con el medio familiar y social. En esta construcción desempeña un papel muy importante lo que la feminista Teresa de Lauretis denomina “la tecnología del género”. Tecnología del género es un concepto elaborado por dicha autora a partir de la tesis de Foulcault de “tecnologías del sexo”. Foucault en el primer volumen de La Historia de la Sexualidad, La Voluntad de Saber, sostiene que la sexualidad frente a lo que en principio pudiera pensarse- no es un impulso natural de los cuerpos sino que “el sexo, por el contrario es el elemento más especulativo, más ideal y también más interior en un dispositivo de sexualidad que el poder organiza en su apoderamiento de los cuerpos, su materialidad, sus fuerzas y sus placeres”.

Dicotomía

El género es una construcción cultural; por consiguiente no es ni resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo. Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras. en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino". Los cambios sociales que se han producido en los últimos veinte o treinta años respecto a los lugares de hombres y mujeres en las sociedades occidentales, han provocado verdaderas rupturas en las subjetividades sexuadas y modificado sustancialmente las relaciones entre los géneros. La relación sexo, genero se ha derrumbado, puesto en cuestión y/o iluminado la naturaleza ideológica de aquellas creencias, mitos y fantasmas que sostuvieron prácticas, posicionamientos y vivencias de sí y se constituyeron en ordenadores simbólicos que posibilitaron identidades "fuertes " a varias generaciones de mujeres y varones socializados en la modernidad. Roles sexuales La mayoría de las personas nos sentimos identificados con uno de los dos sexos, es decir, nos autoconsideramos como hombres o mujeres. Esta identificación genérica (gender identity), que suele estar sólidamente establecida en la pubertad, es un fenómeno complejo, pues está en relación con una amplia gama de variables, como las características del individuo, grupos sociales en los que éste se desenvuelve, pautas educacionales, etc. Por otra parte, la identificación como hombre o mujer tiene un aspecto dinámico (gender roles) que nos lleva a comportarnos como nosotros creemos que debe de comportarse un hombre o una mujer en las múltiples situaciones que se nos presentan en la vida. Como dicen Money y Ehrhardt, «el dimorfismo de respuestas en base a la forma de los genitales externos es uno de los aspectos más universales de interacción social humana» Recurso expresivo 1. Fotografía digital, blanco/negro 1.2 Intervención 1.3 Photoshop, Picture it 10, Photo impresión Lenguaje expresivo.
Las formas del cuerpo humano han sido la temática más antigua y constante en la historia de las artes visuales. Desde siempre, este tema, tan recurrente, ha sido enfocado desde las intenciones creadoras más diversas.
Desnudo
Es el estado de no llevar vestido. A veces se refiere al estado de llevar poca ropa, o menos de lo que las convenciones o reglas de una cierta cultura o situación ha establecido, al estado de exposición de piel o partes íntimas. El desnudo es una construcción religiosa y social. Un concepto. Por lo tanto el concepto tradicional de desnudez es no vestido.
El desnudo no se refiere solo a la genitalidad; un torso desprovisto de vestimenta, una mano, las caderas, una pierna, etc. Es más decidor que un desnudo completo.
Mi definición
La desnudez es el querer ocultar lo que no queremos mostrar. Frecuentemente usamos la vestimenta como una armadura, un disfraz que nos hace fingir lo que no somos. La desnudez nos hace vulnerables a los demás y al entorno. Al estar desnudos inconscientemente se cree que nuestra naturaleza podría ser descubierta. El desnudo es como una flor. Cuando esta se abre podemos ver su bellaza y naturalidad.